"mira mamá el arco iris"
y mamá que mira, al techo, en una calle de Madrid, tan céntrica que dió diana, y allí estaba, una paleta de colores, a rás de cualquier deseo, expectante, en una calle que crucé en mis ir y venir a malasaña millones de veces, desconociendo su existencia, porque la gente, mi querida N, no mira al cielo.
y sí, son estas, las pequeñas cosas.
¿las pequeñas cosas? preguntó el lado occipital con prisas por llegar con ese ritmo frenético europeo del que ya no puedo, su señoría, más.
si, respondí calmada y con media sonrisa bajo un arco-iris colonizado, son esas las que importan
y sucedió.
mamá de aires alocados a sus 35 con pequeña terremoto gritando "el arco-iris mamá, el arco irrrrriiiissss", paradas en plena calle, cámara en mano, mortalizando tremendo descubrimiento (y los atascos de gente, y el calor, y los "qué diran" nos dieron, definitivamente, igual)
