al llegar a la guardería, a su clase, al abrir esa puerta, acompañada de mi querido jet lag cosido en el dobladillo de mi falda ... debo admitir que no supe reconocerla.
¿Nikita?
¿cual es de todos estos terremotos?
¿ ... ?
y allí estaba, eLLa
con sus rizos de melena, con sus centímetros de más, con su (ya no) verborrea, con sus zapatillas nuevas, vestida de niña buena, camuflada entre sus iguales, jugando con pañuelos de colores, dando vueltas y vueltas, felíz entre un overbooking de quejidos, pañales, peleas, gritos, lloros y mocos de otros (que no de eLLa).
N que alza mirada
yo que sonrío al verla
Y sucedió...
Júbilo infinito, abrazos de oso, besos a deshora, clamores de mimos, de pronunciar "M a m á", de oir "M a m á" de carrerilla, cual bucle repetido, como si no creyera lo que ven sus ojos, como si la que escuchara hubiera perdido el significado de tan bella palabra.
Permanecimos allí, abrazadas, de cuclillas al suelo, mirándonos de reojo, confirmando (re) encuentro.
Y eLLa dijo
I love u mamá
Y con lágrimas en los ojos (imposible transcribirlo) oí que mis labios decían
I love u Nikita
